Todo empezó cuando dos niños del grado recogieron en la calle a un gatico maltratado y con hambre, lo llevaron al salón y entre el docente y los estudiantes se decidió adoptarlo como mascota del grupo. El docente tomó la determinación con la intención de que los menores sean responsables y tomen el habito de amar a los animales.
Al gatico se le dio el nombre de felix y cada día un grupo de estudiantes se comprometen a llevarle los alimentos.
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